domingo, 22 de abril de 2012

POR QUÉ TIEMBLA EN LA COSTA CHICA


LA FALLA de San Andrés. (Créditos: SRTM, JPL, NASA.

JAIME LÓPEZ JIMÉNEZ



En la Costa Chica de los estados de Guerrero y Oaxaca, con frecuencia sentimos la presencia de sismos de menor a mayor intensidad, y en el momento menos esperado.

Por principio, las causas o motivos de estos sismos son las placas tectónicas geológicas, que componen la superficie terrestre; y que son grandes pedazos de cortezas o masas terrestres que se mueven unas contra otras, flotando por así decirlo, sobre un estrato de material viscoso llamado la astenósfera. Avanzan muy pocos milímetros al año, con diversos comportamientos: en ocasiones pasa una junto a otra sin destruirse; pero hay veces que una de esas placas avanza o choca por debajo de esa otra, ocasionando un sismo y produciendo destrucción de la placa que se hunde; y por lo tanto, de la placa superior.

En el continente americano tenemos una brecha sísmica que va desde Alaska, pasando por los Estados Unidos, las costas del Pacífico mexicano, Centroamérica, hasta la República chilena, en Sudamérica.

Las placas tectónicas pueden tener grieta o fallas, que aumentan la posibilidad de que se registren sismos en ciertos lugares del planeta, como es el caso de la Falla de San Andrés, que es una grieta que se presenta en la placa Norteamericana desde California, hasta el Mar de Cortés.

En México tenemos tres placas tectónicas que van desde Jalisco hasta Chiapas: la Norteamericana, la de Rivera y la de Cocos. La que produce los sismos en Guerrero y Oaxaca, es esta última que está chocando y avanzando por debajo de la placa Norteamericana. El choque de la placa de cocos y la placa Norteamericana afecta a los estados de Michoacán, Guerrero y Oaxaca; pero se reciente también en el Distrito Federal y estados aledaños.

Ahora bien, si el choque o desplazamiento de placas ocurre en el mar, y se registra un temblor de gran magnitud, seguro que se genera un tsunami, que por el movimiento de las placas hace rebotar el agua del mar, provocando grandes olas que avanzan a velocidades vertiginosas, causando daños y destrozos en las playas donde llegan.

Volviendo a nuestro tema y respecto al último sismo del día 20 de marzo del 2012, este tuvo su epicentro en Huajintepec, municipio de Ometepec, Guerrero, con una magnitud de 7.4 grados Richter; y que, después de un mes se han reproducido 450 réplicas.

Al lugar del epicentro acudieron investigadores del Departamento de Sismología, del Instituto de Geofísica de la UNAM, quienes despejaron los rumores de la población en el sentido de que estaba naciendo un volcán. Aclarando que todo es producto de la brecha sísmica que pasa por los estados de Guerrero y Oaxaca.

Desde los últimos sismos en la república de Chile, Haití, Taiwán y ahora en la Costa Chica, han surgido una serie de rumores tanto en los medios informativos como en las redes sociales, que han provocado una ola de pánico y preocupación en la ciudadanía.

Al respecto, cabe agregar que no existe un sistema de predicción de sismos; y que solamente se puede especular sobre la futura presencia del mismo. Y que, tomando en cuenta que Guerrero y Oaxaca se encuentran en una zona altamente sísmica por su proximidad con la zona donde chocan las placas de Cocos y la Norteamericana, es común que se registren sismos de menor o mayor intensidad.

El último sismo de alta intensidad que se registró en la región, fue el del día 15 de septiembre de 1996; y los actuales jóvenes menores de 15 años, no habían vivido la experiencia de sentir un temblor de esta naturaleza.

Por lo tanto, hay que advertir que la presencia de sismos por ajustes o acomodos de las placas tectónicas, data desde los orígenes de la misma humanidad como lo leemos en las páginas bíblicas; o como lo registra la historia universal con la desaparición de la Atlántida a raíz de un gran terremoto, y la destrucción de Pompeya por la violenta erupción del Vesubio. Estos fenómenos, aunque nos asusten son naturales.

Debemos aceptar pues, que vivimos en una región sísmica; y lo que podemos hacer es aprender a convivir con estos movimientos, por lo que debemos estar preparados por la presencia de cualquier evento, en los centros de trabajo, en las escuelas y en nuestros propios hogares, tomando nuestras precauciones.

Y recordemos siempre que en este mundo infinito, no vivimos solos… ¡Estamos acompañados del Gran Arquitecto Universal!

jailo38@yahoo.com.mx








































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