lunes, 29 de junio de 2009

LOS AMUZGOS

(Resumen)
JAIME LÓPEZ JIMÉNEZ

INTRODUCCIÓN.- Dentro del mosaico étnico en los estados de Guerrero y Oaxaca, el grupo amuzgo es del que menos información histórica, cultural, económica y política se tiene. Escasos son los investigadores o historiadores que hayan hecho un análisis serio y con rigor científico de este pueblo, dando a conocer las fuentes o antecedentes de sus publicaciones, sean libros, revistas o periódicos, como lo señala Miguel Ángel Gutiérrez Dávila. Sin embargo, de lo que se ha recogido se presenta a los lectores de esta página, el siguiente esbozo.

ANTECEDENTES HISTÓRICOS.- No hay antecedentes reales y creíbles, acerca de los antiguos pobladores de la región que actualmente ocupan los amuzgos. Hay versiones encontradas en cuanto a su origen; pues se dice que llegaron del norte junto con los mixtecos, siguiendo la ruta del Pánuco, según Bernardino de Sahagún. Algunos cronistas o investigadores manifiestan, que formaron parte de aquellas milenarias peregrinaciones que se desplazaron desde lejanas latitudes de Indonesia según Andrés Fernández Gatica. Hay también quienes consideran que son descendientes de los olmecas.

Otros afirman que emigraron del continente sudamericano como Gay y Burgoa. Bartolomé López Guzmán, agrega algo más: que los amuzos provienen del mar, de algunas islas, o “las tierras de en medio” Ndyuaa xenncue; y se introdujeron a la zona costera del Pacífico a la altura de los actuales límites de los estados de Guerrero y Oaxaca.

Francisco Vázquez Añorve y Epigmenio López Barroso, coinciden en que los amuzgos huyendo de la explotación de los mixtecos y nahuas, emigraron al territorio colindante de los ahora estados de Guerrero y Oaxaca, entre el siglo I y III de nuestra era; para establecerse definitivamente en la región que hoy ocupan.

El territorio de dicha provincia fue conquistado primero por los los mixtecos; y posteriormente por los aztecas, que no pudieron tener un dominio completo sobre los amuzgos. Cuando los españoles llegaron a esta región, los pueblos amuzgos formaban parte de la provincia de Ayacaxtla, con capital en Igualapa, la cual se comprendía desde el tranquilo cause del río Ayutla, al oeste; y Malinaltepec al norte, hasta limitar con el océano Pacífico por el sur. Los amuzgos habitaban en los poblados de Xicayán, Ayotzinapa, Ometepec,Tlacoachistlahuaca, Xochistlahuaca, Cuautepec, Ayutla, Copala, e Igualapa, que ya se dijo era la cabecera.

TOPONIMIA.- En la Enciclopedia de los Municipios de México encontramos que: Amuzgo significa “en el o donde hay estaño”, se compone de Amuchilt: “estaño”; y co: “en”. El nombre original es amuchco. Otros dicen que significa escribientes o tenedores de libros, ya que cuando estuvieron bajo el dominio mixteco muchos de sus miembros fueron ocupados para realizar esa actividad. Según el almanaque de Oaxaca, el nombre correcto es amochco; y significa: “pueblo de los libros sagrados”. El término amuzgo antes de la conquista azteca, aún se conserva en el dialecto de los amuzgos y es: tsun-núa; que significa: tsun: “pueblo” y núa: “hiladores”. Pueblo de Hiladores.

LOCALIZACIÓN.- El territorio amuzgo se localiza al sureste del estado de Guerrero y al suroeste del estado Oaxaca, región Costa Chica. En el estado de Guerrero, tiene una superficie de 3,000 Km.², con una altura de 400 Mts. sobre el nivel del mar y se integran los pueblos de Xochistlahuaca, Tlacoachistlahuaca, Cozoyoapan, Zacualpan, Cochoapa, Cerro pájaro, Las minas, Cerro bronco, Guadalupe Victoria, Huajintepec, Huixtepec, Cruz verde I y II; y Cuadrilla nueva. Al suroeste de Oaxaca se encuentran los municipios de San Pedro Amuzgos y Santa María Ipalapa, con 184 Km². El territorio de los amuzgos de Oaxaca tiene una altura de 520 Mts. sobre el nivel del mar.

POBLACIÓN.- En los municipios de Ometepec, Tlacoachistlahuaca y Xochistlahuaca del estado de Guerrero, se tienen 31,919 habitantes amuzgos. En los municipios de San Pedro Amuzgos y Santa María Ipalapa del estado de Oaxaca existen 4,379, con un total de 36,298 habitantes amuzgos en ambos estados.

Hasta la próxima..!
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Fuente:
López Jiménez Jaime, “Grupos Étnicos de la Costa Chica”, Editorial Lama, Chilpancingo, Guerrero, México, 2007.


jueves, 25 de junio de 2009

RODRIGO TORRES HERNÁNDEZ

(Maestro, poeta y revolucionario mexicano)

Jaime López Jiménez

Rodrigo Torres Hernández.- Nació el año de 1885, en Ometepec, Costa Chica del Estado de Guerrero, México. Fueron sus padres Juan Alberto Torres, de Ometepec y María de Jesús Hernández, originaria ésta de Lo de Soto, Oaxaca.

En 1901, se inscribió en el Seminario de Chilapa, Guerrero, junto con sus paisanos Amado G. Sandoval Gil, Epigmenio López Barroso, Isaías Vázquez Añorve y Malaquías Valverde.

Dejó el seminario en 1905, para iniciar sus estudios en la Escuela Normal de Chilpancingo, Guerrero, viviendo en la casa del señor Carlos G. Gómez, quien fue su tutor. Esta persona inició la publicación de un tabloide llamado “Páginas del Alma”; y Rodrigo fue el pilar de la publicación, en cuando a redacción en general. Aquí comenzó a manifestar su numen literario.

De Chilpancingo, Rodrigo partió para la ciudad de México, donde se inscribió en la Escuela Normal para Maestros; apoyado por don Carlos G. Gómez, quien le consiguió una beca concluyendo así su carrera.

En 1912 salió a la luz la revista de corte nacional “Nosotros”, misma que en la sección literaria se publicaron trabajos de los mejores escritores nacionales, recibiendo la colaboración también, de maestros y estudiante de la Escuela Normal, entre ellos Rodrigo Torres Hernández.

En 1914, contrajo matrimonio, sin tener datos de la persona que unió su vida a la del poeta. En ese mismo año con los versos publicados en la revista y otros más, sacó a la luz su propio libro, “Por la Senda Sonora”. La crítica del momento lo recibió con beneplácito, augurando al autor un futuro luminoso en los terrenos de la literatura. En su estilo de poesía, influyeron notablemente tres poetas consagrados: Salvador Díaz Mirón (mayor influencia, forma y fondo), Rubén Darío (uso del endecasílabo) y Enrique González Martínez (sentimiento místico).

Rodrigo Torres Hernández, acostumbraba declamar a sus alumnos en las clases de Literatura Universal, este bello poema:

El pájaro que canta
“Es el pájaro que canta
dije una vez, madre mía,
y fue mi ventura tanta
que mucho hablaba y reía.
Y exclamó mi madre
inquieta: tú pareces un poeta.
¿Y qué es eso madre santa?
Ella me besó llorando
y me dijo suspirando:
¡Es el pájaro que canta!”

Sus biógrafos lo describen como una persona pequeña de estatura, tez de aborigen, frente muy amplia, los cabellos lacios peinados hacia tras y de mirada penetrante. Habitualmente se le veía aislado, triste, silencioso; sin embargo era espontáneo y pronto en manifestar algún interés, por el triunfo de algún compañero. Era a la vez sentimental e inteligente.

En la ciudad de México lo sorprendió el movimiento revolucionario que inició Madero, incorporándose Rodrigo al grupo zapatista.

Su contingente se instaló en Toluca y después en Cuernavaca, para así, desplazarse a sur del país. Desafortunadamente perdió la vida en una refriega que hubo en la inmediaciones de esta Ciudad, a fines del año de 1915. Precisamente los últimos poemas de Torres Hernández fueron siete sonetos fechados el 14 de mayo, el 16 de junio y el 6 de julio de 1915 en Cuernavaca, Morelos.

Bien escribió el también poeta Andrés Dávila López : “Su vida quedó trunca en todos sentidos, comenzaba a penas a desprender la savia creadora de un gran prospecto en los terrenos de la literatura universal. Fue una promesa malograda. En 1915 antes de morir, Torres Hernández ya era un poeta bien formado”.

Desafortunadamente las instituciones educativas y culturales a nivel nacional, estatal y municipal, no han rescatado, conservado y difundido la vida y obra de Rodrigo Torres Hernández. Aunque sorpresivamente en el municipio de Marquelia, Gro., rumbo a La Bocana, hay una escuela secundaria que lleva su nombre.

Hasta la próxima..! Junio del 2009
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miércoles, 24 de junio de 2009

Huazolotitlán

Danzante de Chicometepec
SANTA MARÍA HUAZOLOTITLÁN, OAX.

Profr. Israel Reyes Larrea
Periodista e investigador

Santa María Huazolotitlán se divisa panorámicamente desde el cerrito que se localiza viniendo de Huaxpaltepec, justo saliendo de la curva, a lo lejos, aparecen sus casas de barro y teja la gran mayoría. Huazolotitlán Significa “Lugar de Guajolotes”, etimología “Huexlotl” = guajolote y “Titlán” = lugar de.

El 18 de noviembre de 1844, se registra como Santa María Asunción Huazolotitlán, cabecera de parroquia de la fracción de Jamiltepec, distrito de Jamiltepec. El 23 de marzo de 1858, Santa María Asunción Huazolotitlán se integra al Distrito de Jamiltepec y como villa se erige el 14 de diciembre de 1889. Y desde el 23 de octubre de 1891, es ayuntamiento del distrito de Jamiltepec. Se modifica la categoría política de la cabecera municipal, integrándose en 1901 al distrito de Jamiltepec.

Se localiza en la región de la costa del estado, en las coordenadas 97° 55´ longitud oeste, 16° 18’ latitud norte y a una altura de 290 metros sobre el nivel del mar. Limita al norte con San Andrés Huaxpaltepec; al sur con el océano Pacífico; al oriente con Santiago Jamiltepec; al poniente Santiago Pinotepa Nacional. Su distancia aproximada a la capital del Estado es de 420 kilómetros.

Extensión: La superficie del municipio es de 322.78 km2, representa el 0.34 % de la superficie total del estado.
Orografía: Es una región casi llana. Hidrografía: El municipio cuenta con litoral en el Océano Pacífico, las aguas de la laguna Miagna riegan parte del municipio. Clima: Su clima es cálido.

De acuerdo al XII Censo General de Población y Vivienda 2000 efectuado por el INEGI, la población total del municipio es de 10,118 habitantes, de los cuales 4,944 son hombres y 5,174 son mujeres. La población total del municipio representa el 0.29 por ciento, con relación a la población total del estado. La población total de indígenas en el municipio asciende a 3,094 personas. Sus lenguas indígenas son mixteco y zapoteco. Al año 2000, de acuerdo al citado Censo efectuado por el INEGI, la población de 5 años y más que es católica asciende a 8,377 habitantes, mientras que los no católicos en el mismo rango de edades suman 524 personas.

Comunidades del Municipio: Cuenta con las siguientes agencias municipales: José María Morelos y Santa María Chicometepec. Cuenta con las siguientes agencias de policía: Paso del Jiote, Cerro del Chivo, Cerro Blanco, El Potrero, la Cobranza, y Yutanicani. El nombramiento de estas autoridades es por elección popular.

HUAZOLOTITLÁN EN EL PERIODO REVOLUCIONARIO

En el libro Jamiltepec y sus alrededores de Danny Stek podemos leer al respecto lo siguiente: “ Durante la evolución del movimiento revolucionario en nuestra región, resultó evidente que los ideales que lo originaron, la mayoría de las veces, quedaron en el olvido. En realidad, en todos estos años de lucha, los grupos que tomaron parte incursionaron obligados en la mediada en que la defensa de sus intereses lo requería, tomando la bandera que mejor los representaba. Resaltan por sus actividades, el general Juan José Baños y su tropa de Pinotepa Nacional, que defendía por así decirlo, los intereses de una clase media que se fortaleció con el porfiriato. Por el otro lado la “coalición”, por llamarla de algún modo, formada por nativos de Huazolotitlán y sus alrededores, Huaxpaltepec, Jamiltepec que abrazaron la bandera zapatista"

CULTURA HUAZOLOTECA. En Huazolotilán podemos encontrar diversas artesanías, verdaderas obras de arte realizadas por las manos mágicas de estos artesanos y artesanas. Destacan las creaciones en servilletas, huipiles, batas, cotones. Las máscaras le han dado prestigio no solo regional sino allende las fronteras.

Es un pueblo de magníficos danzantes, en su carnaval podemos observar a los tejorones, muchos de ellos para cumplir con la tradición llegan al pueblo por estos días desde donde se encuentren. Casi todos los barrios tienen su danza de los tejorones, pero además están las Mascaritas, mucho tiempo comandadas por Memo, quien desafortunadamente hace poco tiempo falleció, pero hay quienes continúan con su legado. Una danza que hemos visto desaparecer es Los Maromeros. Y de manera esporádica bailan también el Toro Catana que es la versión indígena de la danza afromestiza “El Toro de Petate” que se baila en Cerro de la Esperanza.

Sus bocadillos y el Pan son apreciados en toda la región, es un pueblo de excelentes panaderas. Todas las tardes, en el corredor de la Casa de Don Juan Habana, señoras del pueblo ofrecen los ricos tamales de pollo, iguana, armadillo, pescado y camarón. En las mayordomías hacen el caldo cavío, un sabroso caldo de res con hierba santa.
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miércoles, 17 de junio de 2009

Chatinos y zapotecos

GRUPOS ÉTNICOS DE LA COSTA CHICA DE OAXACA
JAIME LÓPEZ JIMÉNEZ

Artesanìa chatina

Ya hemos apuntado en estas páginas, que los grupos étnicos de la Costa Chica de Guerrero son: los mestizos como grupo mayoritario, amuzgos, mixtecos, tlapanecos y nahuas; sin descartar desde luego a los afromestizos que consideramos nuestra tercera raíz.

Estos mismos grupos los localizamos en la Costa Chica de Oaxaca; sin embargo, debemos tomar en cuenta en esa región, dos grupos más: los Chatinos y zapotecos, a saber:

Los Chatinos: El territorio del pueblo chatino se sitúa en la Sierra Madre del Sur, extendiéndose por la costa del suroeste al noroeste de la entidad, en la zona del Distrito de Juquila, penetrando hacia la zona montañosa del Distrito de Sola de Vega hasta colindar con los Distritos de Miahuatlán y Pochutla.

Los chatinos se nombran a sí mismos en su lengua "Cha’tnio", que significa "trabajo de las palabras" y que se puede interpretar como los que hablan palabras elaboradas. Los orígenes de esta pueblo son remotos, hasta ahora se han encontrado vestigios en la costa que datan del año 400 a.C., aunque las estelas encontradas en Nopala datan de 600 a 800 d.C.

Su lengua se le clasifica en el grupo Otomangue, tronco Savizaa, familia zapoteca. Como todos los pueblos que son hijos de los hijos de nuestros viejos abuelos, los chatinos mantienen como una de sus herencias fundamentales a la familia.

Los Zapotecos: El pueblo zapoteco es el más numeroso en Oaxaca. Actualmente se encuentra dividido en cuatro grandes regiones, que a pesar de tener la misma raíz mantienen características específicas que los diferencian unos de otros, no
sólo en las variantes lingüísticas, sino en general en su cultura.

Tenemos dentro de este grupo, a los zapotecos de Valles Centrales, zapotecos de la Sierra Norte o Juárez, zapotecos del Istmo de Tehuantepec y zapotecos del Sur. Este grupo ètnico, toca tierras de la Costa Chica oaxaqueña en el Distrito de Pochutla, precisamente en los lìmites con poblaciones del Istmo de Tehuantepec.

Los zapotecos se autodenominan"Binnizá" que quiere decir "gente que proviene de las nubes". Para los mexicas, los zapotecas eran los zapotecatl, "gente que proviene de la
regiòn de Teozapotlàn", o "lugar de los dioses". Los españoles les llamaron sencillamente zapotecos, como se les conoce en la actualidad.

Su idioma está clasificado en el grupo Otomague, tronco Savizaa, familia zapoteca y tiene mas de 14 variantes dialectales en las montañas, los valles y el istmo.

Los orígenes del pueblo zapoteco se remontan probablemente 6 mil años a.C., a raíz del descubrimiento del maíz y su participación en la agricultura. Este pueblo ha sabido dejar testimonio perenne de su grandeza y alto espíritu: Monte Alban, Mitla, Yagul son monumentos a la fuerza espiritual que poseen y que han sido esculpidos y forjados en la materia y que hoy son considerados Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Hasta la próxima..!
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lunes, 15 de junio de 2009

RUBÉN MORA GUTIÉRREZ

(Maestro, poeta y escritor mexicano)

JAIME LÓPEZ JIMÉNEZ
Rubén Mora Gutiérrez.- Nació el 31 de agosto de 1910 en Santiago Cuautepec, Costa Chica del estado de Guerrero, México. Fueron sus padres el general Isidoro Mora Torreblanca y doña Benita Gutiérrez Blanco. Fue hijo único y todavía pequeño quedó huérfano. Fue casado con Angélica Tapia y procrearon tres hijos: Rubén, Ático y Darío.

Realizó su educación primaria en Ayutla, Gro. y después, ingresó al Seminario de Chilapa durante 3 años, concluyendo la etapa que conocemos como “latín”. Posteriormente partió a la ciudad de México, donde se inscribió en la escuela secundaria número 7. De 1926 a 1928, estudió comercio en el Colegio Español, para después inscribirse en la Escuela Nacional de Maestros.

Regresó a su pueblo natal en 1930, donde creó su bella poesía “La Potranquita” (1933); y otras más. Aquí radicó poco tiempo para trasladarse más adelante al puerto de Acapulco, donde trabajó para algunas empresas comerciales de españoles, entre ellas “La Ciudad de Oviedo” y “Casa Tejedo”, 1940-1945.

Transcurrió el tiempo; y en el año de 1946 se estableció definitivamente en la ciudad de Chilpancingo, Gro., donde impartió clases de español e historia de la literatura mexicana y española, así también, etimologías griegas y latinas; entre otras disciplinas del área humanístico–sociales, en el entonces Colegio del Estado. Al final de la década de los años 50, compartió sus cátedras, con Juan García Jiménez, otra gloria de la poesía costachiquense. En Chilpancingo, también tuvo la oportunidad de convivir y disfrutar la presencia del compositor Agustín Ramírez, junto con los bohemios que rodeaban en ese tiempo a don “Poncho” Parra Marquina, el enamorado eterno de María Félix.

El gobierno del estado en 1973, como homenaje póstumo, publicó de Rubén Mora la “Antología poética”, donde se da a conocer casi toda su producción literaria en cuatro secciones: Poemas patrióticos; Poemas al amor y a la vida; Poemas vernáculos; Poemas varios; y Poemas premiados en juegos florales; éstos últimos fueron siete, presentados en diferentes certámenes literarios y juegos florales. Entre lo más distinguido de su producción, tenemos: “La potranquita” (1933), “Costa” (México, D.F.1935), “Canto Criollo” (1939), “El Tlacololero” (1947), “Canto a Guerrero para todos los tiempos” (1949) y otras tantas más.

En su poema “Envío a mi tierra Costa Chica” (1947), estampó aquel conocido cuarteto: “Tú que tienes de Puebla y de Guerrero, / lo mucho que tu historia significa, / no sé por qué te llaman Costa Chica, / si es tan grande el amor con que te quiero”.

Rubén Mora Gutiérrez, falleció el 22 de junio de 1958. Su cuerpo descansa en la Rotonda de los Hombres Ilustres en el panteón municipal de la capital del Estado.

“Formará la Costa Grande su desfile de palmeras,
y verá la Costa Chica sus haciendas ganaderas
que, partiendo de Acapulco, llegarán a Ometepec.

Habrá tibias primaveras con albor de algodoncillos
y en los días de los muertos, los claveles amarillos
en las tumbas olvidadas de mi tierra, Cuautepec.”

(“Canto a Guerrero para todos los tiempos”.- Fragmento)

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viernes, 12 de junio de 2009

Poesías de JUAN GARCÍA JIMÉNEZ

R E M I G I O
Juan García Jiménez

¡Órale, Remigio: garre sus tiliches
y como de rayo se me va a l’escuela..!
¡pero ya volando que se li hace tarde
y no sea la cosa que me lo degüelvan..!
Con estas “josefas” vas a la varilla
y aluego me mercas
pero mita y mita con la chilpayata-
dos cuentos pintados de los de Calleja.
¡Y a ser como gente: a entrarle macizo
con lo que se venga!:
a screbir la plana, a ler la letura
y a hacer munchas cuentas..!
Ya le dije al maistro que le doy permiso
p’a arrimarte sobas y darte tus felpas,
si te vas de pinta por los tecorrales
o a pasiar ajueras…
¡No ti hagas el sonso ni lo disimules
que ya te conozco toditas tus tretas!
si nó… ese chipote… ¿Cómo jue?.. ¿rezando?
,¿y ese tarrascazo detrás de l’oreja?,
¡y esa coronita que pareces cura..!,
¡ònde están los pelos..!, ¿crees que jue’n l’iglesia?
Y aluego ese diente..!, No vas a dicirme
que fue’l siñor maistro que te dio en la jeta..!
Y esos pantalones..?, álgame la Virgen
si no los había visto..!, ¡cierre esa manera..!,
y vaya con su nana que le ponga un parche…
no me ande en la calle con sus indecencias…
Y amos, pero pronto… ¡garre sus tiliches
y como de rayo se me va a l’escuela..!
* * *
Pero óime, Remigio, todavía es muy temprano.
Yo crioque l’a escuela todavía no está abierta…
pérame tantito ..! pon ai tus colores
y tu silabario y tu bolsa nueva
y ven con tu agüelo
pa que lo diviertas…
Con que ya aprendiste todo el “cajoncito”…!
¡Diantre de muchacho, casi no lo creiba..!,
y aluego ya tienes tu letra redonda
tan clara y bien hecha,
como los güevitos de las cucuchitas
o las piedrecitas o las matatenas…¡
Ta güeno, mi lindo!: me da muncho gustos
saber que así crezcas
y ojalá la Virgen, nunca lo permita
que te falte escuela…
* * *
Si algún día llegaras a ser licenciado,
vente pa tu pueblo con todo y querencia…
el terruño tiene saborcito a frutas…
cáin sobre sus pechos todas las estrellas…
güelen sus caminos a cariño abierto…
corre entre sus calles un olor di almendras,
y hasta en el silencio lleno de cocuyos
tienen sus guitarras
todas las tristezas…
Pero… ven, m’hijito… no te pongas triste:
lo que tu agüelito ahora te aconseja,
pos no es pa que l’eches esas miradotas,
ni li hagas berrinches ni tamañas muecas…
¡No llores Remigio…por que si tú chillas,
me desasosiegas..!
Ya tate en silencio…no güelvo a decírtelo..!,
¡pero alza los ojos un arto siquiera..!
;tantito, siquiera, m’hijito del alma,
alza la cabeza…
Pero… ¡qué deviso..!: ¿con que no chillabas
y te tabas riendo..? ¡Amos, sinvergüenza..!:
¡garre sus tiliches y oritita mesmose me va a l’escuela..!

MAGRECITA SANTA
Juan García Jiménez

Magrecita chula, magrecita güena,
¡Magrecita santa!:
Ora que’s tu santo. ¡Que Dios te bendiga!
y las aromadas
rosas de la güerta te den sus olores;
te toquen sus flautas
gorriones, zinzoncles, y alegre tu vida
la chula mañana.
¡Pétalo de rosa! ¡Besito de cielo!
¡Magrecita santa!:
Te truje alcatraces, violetas, gladiolas,
muchos tulipanes y azucenas hartas,
pa que las aprietes entre tus manitas
y les des su güena, su güena rociada,
y ansina las mires toditos los días
más chulas que nunca, ¡prendecita santa!
* * *
Yo quisiera darte lo mesmo que munchos
a sus magrecitas guenas y sagradas;
pero Dios bien sabe que´stoy reteprobe,
sin jierros, ¡sin nada!:
que´l pará no tiene güena zacatera;
el güertal, sus mangos, sus chicozapotes,
cocos y guayabas,
¡y que´stá el trapiche sin cañas ni mozos!,

¡Magrecita santa!
que si no… ¡ ya vieras lo que mis querencias
ora que´s tu santo pa ti pepenaran…!
Pero ansina y todo te doy mis quereres
en esta mañana
en que las alondras en los tempezquites
di alegría te cantan;
en que´l quieto arroyo todo lo del cielo
lo copia en sus aguas;
y en que se recuerda tu nombre bendito,
¡tu nombre de cielo!, ¡tu nombre de santa… !
* * *
Ora que´s tu santo, te truje alcatraces,
munchos tulipanes, gladiolas y acacias;
violetas y rosas, también nomeolvides,
¡y el querer de mi alma…!
¡Acéitalos dulce magrecita güena!
¡Acéitalos chula magrecita santa!
* * *
Tú que ti has tallado sin pegar los ojos
juntito a mi cama
cuando estaba infermo, dándome las gotas;
tú que en mi disgracia
empeñaste todo pa darme consuelo
y darme la frita que nicesitaba;
tú que le prendiste dos ceras al santo
pa que rimediara toditas mis ansias
cuando yo juyendo muy lejos, muy lejos,
de ti m´incontraba;
tú que´res y juites muy güena y sufrida,
¡aceita mis gracias!
¡tamién mis querencias…!, pos no puedo darte
más que´ste manojo de flores cortadas
unas, en las siembras, y las más fresquitas,
¡allá en la chinampa…!
¡Acéitalas dulce magrecita güena!
¡Acéitalas chula magrecita santa…!
* * *
Ora que´s tu santo, ¡que Dios te bendiga!
y ya no ricuerdes toditas las malas
aiciones, pos sabes… ¡que jué sin pensarlo..!
¡pué que de querencia..!, ¡pué que de confianza..!:
porque yo, tu nombre, lo llevo metido
muy dentro del alma;
y ni a la mesmita Virgen de mi pueblo
crioque quero tanto como a tu sagrada
almita de lirio, ¡Magrecita güena!,
¡Magrecita chula! ¡Magrecita santa..!
* * *
Porqui has sido güena todita tu vida;
porque por mis culpas derramates lágrimas,
ora que´s tu santo sólo puedo darte
este manojito de flores cortadas,
unas, en las siembras y, las más fresquitas,
¡allá en la chinampa..!
¡Acéitalas dulce magrecita güena..!
¡Acéitalas chula magrecita amada..!,
¡y abrázame juerte..!, bendíceme muncho..!
porqui ora, en tu santo, ¡mi espíritu canta..!


lunes, 8 de junio de 2009

FANDANGO COSTEÑO

(Anales Históricos)


Recopilación de JAIME LÓPEZ JIMÉNEZ

Baile Popular que se establece en el palenque, en uno de cuyos extremos se instalan los músicos, arpero, violinista, guitarrero, cantadores y “tamboreadores” que marcan el son golpeando con la palma de la mano sobre la caja del arpa; y en el centro se pone la tarima, que es una gran canoa invertida en la que caben hasta cuatro parejas de bailadores.


Los fandangos son muy alegres y de lejos se oyen como los retumbos del mar. Desgraciadamente rara es la vez que no se registran pendencias y delitos de sangre, pues a veces basta un “relate” o verso intencionado que por lo regular es desafiante, dando a la vez un machetazo de fajo en la tarima, para que se inicie la contienda; con la agravante de que en esas fiestas se liba mucho.

Se baila el “toro rabón”, que es el más bonito y más difícil para músicos, tamboreadores, y bailadores; las “valonas”, que son combinaciones de canto y música de difícil ejecución; el “fandanguito”, que lo baila y recita una mujer; las “chilenas”, que son de figuras y redobles muy elegantes; los “zapateados”, que es lo más ejecutivo; las entusiastas “zumbas rumberas”; las “malagueñas”, los gustos y los sones, que son más fáciles.

Hay sones imitativos como los “camarones”, en los que el camaronero hace muchas travesuras a los espectadores, simulando buscar los crustáceos en la ropa del público; la “iguana”, en el que la hace de perro provoca diabluras a la gente; la “chachalaca”; el “potorrico”, que se baila apoyando la punta de una espada a la altura del ombligo y el puño en la tarima, hasta doblarla.

También se bailan jarabes, tanto de estilo jalisciense, como costeño. El “palenque” es una enramada de diez metros por lado, con vigas que lo circundan y que sirven de asiento a los espectadores.
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Fuente:
López Mena Héctor, “Diccionario geográfico, histórico, biográfico y lingüístico del Estado de Guerrero”, Editorial Pluma y Lápiz de México, México, 1942.
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sábado, 6 de junio de 2009

Juan García Jiménez


JUAN GARCÍA JIMÉNEZ
Poeta y periodista mexicano

Juan García Jiménez.- Nació el 21 de marzo de 1916 en Ometepec, Guerrero (México). Fueron sus padres Bruno Rosas Radilla y Margarita Jiménez León, quien casada después con Juan García, el menor llevó el apellido García Jiménez. Realizó sus primeros estudios en la Escuela Real (hoy Vicente Guerrero) de su tierra natal; y la secundaria en Chilpancingo, Gro., para concluir el año 1935 su carrera como profesor normalista, en la Escuela Nacional de Maestros.

Contrajo matrimonio con la profesora Domitila Vázquez Añorve, procreando cinco hijos: Héctor (a quien dedicó el poema “Remigio”), Juan, Estela, María Ester y Guadalupe (en esta última se inspiró el poema “Chachita”).

Dentro de los empleos desempeñados, fue inspector federal escolar en la Zona 13, con cabecera en su natal Ometepec; catedrático de literatura en el entonces Colegio del Estado, en Chilpancingo, Gro., donde compartió honores en la cátedra con el también laureado poeta costachiquense Rubén Mora Gutiérrez; fue Oficial del Registro Civil en el Distrito Federal, donde se negaba a leer la Epístola de Melchor Ocampo, a cambio de recitar a los contrayentes, alguno de sus poemas.

Como periodista, tuvo la oportunidad de convivir con los bohemios mexicanos de más alto nivel en su época. Colaboró con sus poesías y crónicas, en la revista “Vórtice” y los periódicos “México al día”, “Mujeres y Deportes”, “La Prensa”, donde cada jueves se publicaba su leída columna “El rincón de la anécdota”.

Juan García Jiménez, ha sido considerado como el más genuino intérprete del folclor nacional. Formó parte y fue el último superviviente del grupo de poetas de corte vernáculo en México, integrado por Carlos Rivas Larrauri, Aurelio González Carrasco y Antonio Guzmán Aguilera (Guz-águila); y, mismos que incursionaron en este difícil pero genuino género popular.

El diplomático italiano Calogero Speziale, leyó y se interesó por los poemas de García Jiménez, propiciando la publicación de su primer libro intitulado “Alma Vernácula” en 1937. La crítica recibió al autor, como una futura gloria de la literatura mexicana. Le siguieron “Luna del barrio”, que salió a la luz pública en 1955 y que ilustró el gran dibujante español José Bardasano. Posteriormente, en 1960 se publica “Palabras en el bosque”; y por fin, su última obra “Cuando el amor cantaba” en el año 1964.

El gobierno del Estado de Guerrero en 1990, publicó de manera póstuma, su Obra poética, donde se incluyen los libros antes mencionados.

Falleció en la ciudad de México, el primero de abril de 1967. Sus restos descansaron en el Panteón Civil de Dolores; y el primero de abril de 1990, fueron reinhumados en la Rotonda de los Hombre Ilustres de Chilpancingo, Guerrero.
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JAIME LÓPEZ JIMÉNEZ
jailo38@yahoo.com.mx

Junio del 2009




jueves, 4 de junio de 2009

Afromexicanos


AFROMEXICANOS: ENTRE LA ESPERANZA
Y LA MARGINACION
Laura Castellanos

”Once de cada diez son negros en El Ciruelo”, bromea el sacerdote Glyn Jemmott acerca de la comunidad donde se encarga, desde hace 20 años, de la modesta parroquia de San Juan de la Cruz, en el municipio de Santiago Pinotepa Nacional, en la Costa Chica de Oaxaca.

En este pueblo, en el que sólo hay tiendas de abarrotes, perros famélicos y calles terregosas que brillan bajo el sol, viven 3 mil afromexicanos que padecen una doble marginación: ser pobres y descendientes de los esclavos que fueron llevados a la Nueva España tras la Conquista, para desempeñar labores ganaderas en el siglo 17 y parte del 18.

El mediodía es sofocante en El Ciruelo, que debe su nombre a los árboles de esta fruta que crecen en los patios caseros. Lo único que refulge en la plaza del pueblo son los colores carmín y verde limón de la nueva biblioteca, “Tercera Raíz”, inaugurada por el padre Glyn -que cuenta ya con internet-, y la fachada de su casa, recién pintada, en donde un tropel de niños toma el taller de pintura “Aprender a ser libres”, creado para que revaloren su herencia africana.

A pesar de los logros obtenidos, el padre Glyn se dice deprimido. El menosprecio hacia el grupo afromexicano le resultó evidente durante la controversia que generó el comentario del ex-Presidente Vicente Fox en el sentido de que los mexicanos que van a los Estados Unidos “están haciendo trabajos que ni los negros quieren hacer allá”

El antillano de 59 años cree que a Fox sólo le preocupó no ofender a los negros en Estados Unidos, mientras que se olvidó de los que existen en el País.

“En su frase consagra el racismo a la mexicana y la invisibilidad de la población negra en México, lo que, diría yo, es la forma más extrema de racismo”, dice el clérigo antes de partir para oficiar una misa de 15 años.

Ajeno a estas reflexiones, el grupo de 21 niñas y siete niños ha terminado el taller, dejando tras de sí la evidencia: pinceles, charolitas chorreantes, pliegos con pintura fresca y manchitas verdes y rojas que se secan rápido en el piso de cemento.

Mario Guzmán, el maestro, había procurado, sin mucho éxito, que no dejaran rastro. Al llegar Martha Liévano, una joven promesa del taller, Mario saca los trabajos de otros niños y jóvenes nacidos en alguna de las 25 comunidades campesinas y pescadoras afromestizas que se encuentran en la Costa Chica de Oaxaca y Guerrero.

Rodeado de pinturas y grabados colocados en el piso, Mario recuerda que “Aprender a ser libres” nació en 1996, en el marco de la fundación de la asociación México Negro y de los pintores Francisco Toledo y Juan Alcázar, y consiguió que le dieran material de pintura y libros, y que enviaran a jóvenes pintores para impartir clases en las comunidades.

Dentro de ese grupo, Mario arribó a El Ciruelo y se quedó. Por ocho años, solo o acompañado de otros pintores, ha difundido el taller en la Costa Chica.“El que abrió las puertas fue el padre porque toda la región lo conoce”, asegura Mario sobre el clérigo que ha bautizado, casado y despachado (sacramentalmente) a mejor mundo a varias generaciones de esta tierra oaxaqueña, en la que se estima habitan más de 20 mil afromexicanos.

Mientras se secan las pinturas del grupo de pequeños talleristas, Mario, que es mestizo, habla de los efectos de la discriminación racial.“En ellos lo veo”, afirma. “Cuando les pido que hagan su autorretrato no lo pintan con el color negro de su piel, sino con otro más claro, como diciendo que el otro está feo”.

Mario sonríe con descaro al platicar sobre los logros del taller: organizan un campamento con los jóvenes más talentosos, realizan un concurso de pintura anual titulado Rayos de sol -abierto a jóvenes indígenas y mestizos-, y un muchacho y tres muchachas -una pinta con los pies porque no tiene manos- están becados para estudiar artes plásticas en la Escuela de Bellas Artes de Oaxaca.

El éxito del taller lo resume Martha. Al preguntarle qué disfruta hacer, dice quedito, sin titubeos: “Mi gente es negra, y me gusta pintarla”.